Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/
La observación complementa mis viajes haciéndolos más interesantes. Varias parejas atrajeron mi atención durante mi último viaje a Galicia. -Que paseo y que vistas se ven desde aquí-, me decía una señora sin mediar antes palabra. Desde luego las vistas, con las Islas Cíes al noroeste y la bahía con la playa América al este, eran fabulosas. Nosotros volvíamos al Parador de Baiona después de dar un paseo por las almenas de su muralla, ellos iniciaban el paseo, él aproximadamente de mi edad, aunque más tocado, con canas, y ella unos 20 años más joven. A ella se le notaba con ganas de hablar, -nos conocimos en un pueblo de Valencia muy bonito Chxxxx donde vivo, el viene de vez en cuando, pero vive en Madrid- por lo visto cerca de donde vivimos nosotros. Chxxxx es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de València, en 2018 fue elegido como segunda Maravilla Rural de España, todos sus barrios merecen ser vistos, así como la Ruta del agua en el río Chxxxx, repleta de manantiales y fuentes naturales. Pese a que él era más reacio a comunicar no tuvo más remedio que seguir un poco a su pareja. Por lo visto incluso tenía su tertulia en una cafetería cerca de nuestra casa. Por su aspecto y lo que decía debía ser escritor o del mundo editorial o del cine, no se explayó y no pude deducir nada más de sus palabras. De ella no puedo decir a que se dedicaba porque no dio ninguna pista, aunque me dio la sensación de que estaba en activo y por eso estaba anclada en el pueblo. Sin duda él era divorciado o similar y se había emparejado con ella, pero de forma relajada, él iba al pueblo bonito de ella y además viajaban juntos. Ellos también se iban al día siguiente, pero volvían una semana después, porque no tenían habitaciones vacías en estas fechas en el Parador. Después de charlar un rato nos despedimos, sin relación posterior. En el Parador, a ambos lados de la puerta de la cafetería, había un conjunto de sofá y sillón con orejeras comodísimo enfrente de un patio con fuente de agua. Por las mañanas nos sentábamos allí hasta que decidíamos donde ir o que hacer en la mañana, si los demás se iban a la piscina, yo prefería quedarme leyendo en el sillón. Una mañana estábamos sentados leyendo tranquilamente cuando una mujer bien arreglada con tacones altos con gafas oscuras de sol y cabellos largos platinados que llevaba una maleta de ruedas pequeña, se sentó en el grupo de sofá y sillón al lado del nuestro. Dejó la maleta, se puso las gafas en el pelo, sacó el teléfono, se puso el pelo a un lado, y marcó, estuvo hablando unos momentos y después consultó una tableta que sacó de la maleta. Yo dije, seguro que es una consultora o similar que viene a trabajar en alguna empresa o negocio y acaba de telefonear a su contacto. Pasó un tiempo y apareció un tipo que miraba a los lados como buscando algo o alguien, un poco desarreglado y más viejo que ella. Después de dudar un momento se paró junto a ella, debió de preguntar algo y ante la respuesta se sentó. Continuaron hablando, con quitada y puesta de gafas, paso de cabellos de un lado al otro, doblado de piernas múltiple, aquello no tenía pinta de reunión de trabajo. Al cabo de un rato, él cogió la maleta y desapareció hacia las habitaciones. Mas tarde bajó, se había cambiado de niqui, estaba más presentable, continuaron hablando hasta que salieron al patio y se hicieron fotos frente a la fuente, estaban más cariñosos. El tema estaba claro, se trataba bien de una cita de las aplicaciones de citas o de una escort*, no sé qué opinar, aunque lo de las fotos me inclina más por pensar en una cita. Otro día, ya en Cambados, estábamos desayunando y la pareja de la mesa de al lado hablaba mucho, me fije y también era una pareja desequilibrada, él era mucho más viejo que ella, calvo, no paraba de darle explicaciones, se levantaba y le traía cosas del buffet, presté atención y le estaba explicando que iba a plantar tomates en la huerta que tenía detrás de su casa, pero como si ella no conociera la casa del otro, es decir era una pareja de conveniencia en que él llevaba la voz cantante, era muy obsequioso y ella no conocía la casa de él. No parecía pareja de un día, pero tampoco consolidada, quizás en proceso de consolidación, con actitud muy activa por parte de él y un poco pasiva y expectante por parte de ella. Como ha cambiado el panorama, sigue el dominio masculino por motivos económicos, pero ahora las mujeres deciden sin complejos ni ataduras con quien se van, lo mejor dentro de lo disponible. Por lo menos en ciertos niveles, predomina hombre viejo en buen estado seguramente divorciado o viudo, con mujer mucho más joven. Parece que la relación es para viajes y diversión, después cada uno en su casa y esto es más una decisión de las mujeres que no quieren cargar con los trabajos de la casa del otro, no “cama y criada”, solo “cama y diversión”.
*Notas: "mujer escort" se refiere a una mujer que ofrece compañía
a cambio de una compensación económica. a menudo de forma discreta y a cambio
de un pago, que puede variar con la naturaleza de la interacción.