Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/
Estábamos en Atenas porque el domingo iniciábamos
un crucero por las islas griegas con casi toda la familia, hijos y nietos, al que
me había resistido con todas mis fuerzas, pero que al final había claudicado. Después de pasar un buen susto cuando llegamos
porque según las noticias parecía que Atenas se estaba quemando por los fuegos
de los alrededores, vimos en la venida del aeropuerto que los fuegos estaban
controlados y no debíamos preocuparnos. El sábado fuimos a una de esas visitas turísticas
que llaman gratuitas pero que al final casi te salen más caras que las
contratadas con una tarifa determinada. La visita comprendía lo más importante
de Atenas: Jardines nacionales y dentro el Palacio de Zappeion, el
primer edificio construido para los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896, actualmente se usa para reuniones y ceremonias, tanto oficiales como privadas; Plaza Sintagma
es el corazón geográfico de la ciudad, donde se encuentra el Parlamento y la
Tumba de Soldado desconocido flanqueada por textos de la famosa oración fúnebre
de Pericles (..el que sabe pensar, pero no sabe cómo expresar lo que piensa,
está en el mismo nivel del que no sabe pensar..), la Guardia Nacional patrulla
continuamente delante de la tumba, vestidos con sus famosos uniformes de
fustanela (falda) y zuecos, también en ella han tenido lugar numerosas
manifestaciones de protesta contra las medidas de austeridad tomadas por el gobierno
griego frente a la crisis económica que tuvo lugar en el país de 2010 en
adelante; la Catedral de la Anunciación de Santa María que es la
principal iglesia ortodoxa de la ciudad, con unos frescos bizantinos en su
interior; la Iglesia de Agios Eleftherios, al lado de la anterior, de solo
7,5 metros de largo del siglo XII, construido con mármoles reutilizados de
otros templos clásicos, los frescos bizantinos de las paredes son de admirar; la
Plaza Monastiraki (pequeño monasterio) es un mercado al aire libre, en
la zona predominan las tiendas de ropa, las de recuerdos y las tiendas; alrededor de la plaza Monastiraki se encuentra la
Biblioteca de Adriano construida por el emperador Adriano en el 132 a.C.
para guardar su gran colección de libros; el Ágora romana antiguo foro romano
y dentro del recinto la Torre de los Vientos, edificio octogonal de mármol del
siglo I a.C. para conocer la dirección del viento, cada una de sus ocho paredes
están decoradas con relieves que representan una dirección del viento. A partir
de ahí subimos hasta la calle Tripodon y en la esquina del restaurante Scholarhio
de comida típica griega con un comedor pintoresco, doblaron a la derecha por
unas escaleras empinadas para ver el barrio de Anafiotika que se remonta
al siglo XIX, cuando albañiles llegados de la isla de Anafi se establecieron en
esta zona para construir sus hogares con características de las islas griegas, fue
Otón I, el primer rey de la Grecia moderna, quien mandó traer a los albañiles
con objetivo de que le construyeran su palacio real, que hoy funciona como el
Parlamento Griego.
Como eran unas escaleras empinadas y así iba a
continuar durante el recorrido yo preferí quedarme en la esquina frente al
restaurante, porque ya iba cansado. Me senté en los peldaños de una puerta de la
calle y allí esperé que volvieran. Llevaba mi bastón de marcha nórdica, mi
sombrero tipo Panamá y debía tener una pinta un poco deprimente. Como tenia los
pies en la acera y era una calle muy frecuentada, me pisaron, me trataron de
dar monedas como a un mendigo, se sentaron a mi lado para saber si me pasaba
algo malo o estaba enfermo, en fin, todo un número, por un momento como dicen
ahora me sentí cancelado, olvidado. Después de un tiempo que a mí me pareció
infinito volvieron los de la visita y todos se interesaron por cómo me
encontraba, decían que no había merecido la pena subir tanta escalera y que
había hecho bien en quedarme. Bueno, era un consuelo y me había dado un poco cuenta
de lo que es vivir a pie de calle, lo que lamentablemente le pasa a mucha
gente, en todas partes, sobre todo ancianos. Un comportamiento más humano por
nuestra parte seria lo menos que podemos hacer. Esto puede ser un buen
propósito para el 2025.
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