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domingo, 27 de julio de 2025

Lo que ves y oyes

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

La observación complementa mis viajes haciéndolos más interesantes. Varias parejas atrajeron mi atención durante mi último viaje a Galicia. -Que paseo y que vistas se ven desde aquí-, me decía una señora sin mediar antes palabra. Desde luego las vistas, con las Islas Cíes al noroeste y la bahía con la playa América al este, eran fabulosas. Nosotros volvíamos al Parador de Baiona después de dar un paseo por las almenas de su muralla, ellos iniciaban el paseo, él aproximadamente de mi edad, aunque más tocado, con canas, y ella unos 20 años más joven. A ella se le notaba con ganas de hablar, -nos conocimos en un pueblo de Valencia muy bonito Chxxxx donde vivo, el viene de vez en cuando, pero vive en Madrid- por lo visto cerca de donde vivimos nosotros. Chxxxx es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de València, en 2018 fue elegido como segunda Maravilla Rural de España, todos sus barrios merecen ser vistos, así como la Ruta del agua en el río Chxxxx, repleta de manantiales y fuentes naturales. Pese a que él era más reacio a comunicar no tuvo más remedio que seguir un poco a su pareja. Por lo visto incluso tenía su tertulia en una cafetería cerca de nuestra casa. Por su aspecto y lo que decía debía ser escritor o del mundo editorial o del cine, no se explayó y no pude deducir nada más de sus palabras. De ella no puedo decir a que se dedicaba porque no dio ninguna pista, aunque me dio la sensación de que estaba en activo y por eso estaba anclada en el pueblo. Sin duda él era divorciado o similar y se había emparejado con ella, pero de forma relajada, él iba al pueblo bonito de ella y además viajaban juntos. Ellos también se iban al día siguiente, pero volvían una semana después, porque no tenían habitaciones vacías en estas fechas en el Parador. Después de charlar un rato nos despedimos, sin relación posterior. En el Parador, a ambos lados de la puerta de la cafetería, había un conjunto de sofá y sillón con orejeras comodísimo enfrente de un patio con fuente de agua. Por las mañanas nos sentábamos allí hasta que decidíamos donde ir o que hacer en la mañana, si los demás se iban a la piscina, yo prefería quedarme leyendo en el sillón. Una mañana estábamos sentados leyendo tranquilamente cuando una mujer bien arreglada con tacones altos con gafas oscuras de sol y cabellos largos platinados que llevaba una maleta de ruedas pequeña, se sentó en el grupo de sofá y sillón al lado del nuestro. Dejó la maleta, se puso las gafas en el pelo, sacó el teléfono, se puso el pelo a un lado, y marcó, estuvo hablando unos momentos y después consultó una tableta que sacó de la maleta. Yo dije, seguro que es una consultora o similar que viene a trabajar en alguna empresa o negocio y acaba de telefonear a su contacto. Pasó un tiempo y apareció un tipo que miraba a los lados como buscando algo o alguien, un poco desarreglado y más viejo que ella. Después de dudar un momento se paró junto a ella, debió de preguntar algo y ante la respuesta se sentó. Continuaron hablando, con quitada y puesta de gafas, paso de cabellos de un lado al otro, doblado de piernas múltiple, aquello no tenía pinta de reunión de trabajo. Al cabo de un rato, él cogió la maleta y desapareció hacia las habitaciones. Mas tarde bajó, se había cambiado de niqui, estaba más presentable, continuaron hablando hasta que salieron al patio y se hicieron fotos frente a la fuente, estaban más cariñosos. El tema estaba claro, se trataba bien de una cita de las aplicaciones de citas o de una escort*, no sé qué opinar, aunque lo de las fotos me inclina más por pensar en una cita. Otro día, ya en Cambados, estábamos desayunando y la pareja de la mesa de al lado hablaba mucho, me fije y también era una pareja desequilibrada, él era mucho más viejo que ella, calvo, no paraba de darle explicaciones, se levantaba y le traía cosas del buffet, presté atención y le estaba explicando que iba a plantar tomates en la huerta que tenía detrás de su casa, pero como si ella no conociera la casa del otro, es decir era una pareja de conveniencia en que él llevaba la voz cantante, era muy obsequioso y ella no conocía la casa de él. No parecía pareja de un día, pero tampoco consolidada, quizás en proceso de consolidación, con actitud muy activa por parte de él y un poco pasiva y expectante por parte de ella. Como ha cambiado el panorama, sigue el dominio masculino por motivos económicos, pero ahora las mujeres deciden sin complejos ni ataduras con quien se van, lo mejor dentro de lo disponible. Por lo menos en ciertos niveles, predomina hombre viejo en buen estado seguramente divorciado o viudo, con mujer mucho más joven. Parece que la relación es para viajes y diversión, después cada uno en su casa y esto es más una decisión de las mujeres que no quieren cargar con los trabajos de la casa del otro, no “cama y criada”, solo “cama y diversión”.

*Notas: "mujer escort" se refiere a una mujer que ofrece compañía a cambio de una compensación económica. a menudo de forma discreta y a cambio de un pago, que puede variar con la naturaleza de la interacción.

lunes, 14 de julio de 2025

No molesten por favor

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Viajar a Galicia, específicamente a las rías bajas, siempre es una experiencia muy agradable. El paisaje verde, los helechos, el "carballo" o roble común (símbolo de la tierra gallega), el castaño, la temperatura suave, la comida regional, los mariscos, los vinos, el carácter amable e indeterminado de sus gentes, son factores importantes que favorecen una estancia de turismo o veraneo. Todavía hay demasiados eucaliptos que seguramente se plantaron por su rápido crecimiento y rentabilidad para la industria papelera y maderera, pero tienen un alto impacto ambiental porque desplazan especies autóctonas y su aceite y corteza facilitan la propagación del fuego, además de esterilizar el suelo. Las aguas de sus playas están frías, sobre todo para los habituados a las aguas del Mediterráneo, y esto se ve enseguida porque hay mucha más gente paseando o en la arena que bañándose. En Baiona asistimos a la procesión de San Juan que llevan en andas las mujeres, patrón del barrio de San Juan, que iba acompañada del grupo de gaitas con los miembros vestidos con los trajes tradicionales, los hombres cubiertos con monteiras altos y triangulares adornados con lana de colores y las mujeres con chapeus (sombreros de paja). Baiona celebra la noche de San Juan con una sardinada (sardina asadas) y una gran hoguera en la playa Ribeira. Las dos crías de gaviota que paseaban todos los días por el tejado enfrente de nuestra habitación, eran alimentadas por los padres con peces que traían en sus incursiones en el mar, sin descuidar su vigilancia de otras gaviotas y urracas que trataban de atacarlas o desplazarlas. Vivian y se criaban en un emplazamiento magnífico con vistas al mar, sin pagar alojamiento. Te das cuenta de lo grandes y bonitas que son las gaviotas, cuando vigilan tus movimientos si estas tomando un aperitivo en la terraza, dispuestas a lanzarse sobre los restos que quedan cuando te levantas. En Cambados te sorprende la intensidad de las mareas que por las mañanas casi dejan seca la playa donde puedes ver gaviotas cabecinegras, patos, cuervos, garzas, garcillas, además de gaviotas y palomas, aprovechando el terreno fangoso que queda al descubierto picoteando entre las algas. Por las tardes cuando sube la marea las aguas pueden alcanzar más de un metro en el paseo al lado del mar. Fuimos de paseo por el sendero de Piedras negras en la península do Grove, en Pontevedra, los chalets que vimos al lado de la playa indicaban un alto nivel de riqueza que no estoy seguro que se reflejen en sus declaraciones de la renta. El sendero sobre tarima de madera a la orilla del mar de unos 3 km se va adaptando a la orografía del terreno, con calitas de arena separadas por grandes rocas esculpidas por la erosión. Merece la pena recorrerlo, aunque bien protegidos del sol y una buena botella de agua. Vimos lirios de mar que crecen en las dunas y se caracterizan por sus hojas verdes en forma de cintas y sus grandes flores blancas. Es una especie adaptada a la escasez de agua y la alta concentración de sales. Tómanos posteriormente un “pulpo a feira” en un chiringuito al lado de la playa de la Lanzada que no estaba bien preparado y era caro. Casi siempre estos bares se aprovechan de su situación en las playas. Este año en el Parador* no nos sirvieron zamburiñas sino volandeiras que es un molusco bivalvo muy apreciado en la gastronomía gallega, similar a la zamburiña y la vieira, que se puede preparar a la plancha, al horno o en empanada.

Últimamente la extrema derecha proclama que quiere expulsar del país a unos ocho millones de inmigrantes. Mi viaje a Galicia, me confirmó que sin estas personas no funcionarían nuestros hoteles, los restaurantes y las cafeterías. Si a estos se agregan los que trabajan en la construcción, en los trabajos agrícolas, en granjas de animales, en trabajos domésticos, con las personas ancianas, en reparto de alimentos, en negocios autónomos y en tantos otros trabajos no visibles, pero absolutamente necesarios en una sociedad, nos daríamos cuenta de las tonterías que dicen algunos políticos y fanáticos seguidores. Hay que decirles “no molesten por favor”.

*Nota: Paradores de Turismo son hoteles de titularidad pública, que se sitúan en lugares peculiares, como edificios históricos, monasterios o palacios, aunque también algunos son edificios de nueva construcción.

sábado, 20 de julio de 2024

La naturaleza nos apea de nuestras máquinas contaminadoras

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Estábamos en Galicia en un viaje de relajación y bienestar, en que combinamos unos días en un Parador y unos días en un balneario con agua de mar, cuando una llamada intempestiva de una vecina de la urbanización que no sabía que estábamos de viaje nos contó que Gab se había perdido y que la pobre Mar estaba desolada. Le contamos que estábamos en Galicia y que poco podíamos hacer, pero de cualquier forma me imagino que habrían llamado a la policía. Sí, habían llamado a la policía municipal, pero le habían dicho que poco podían hacer porque, aunque fuera mayor (84 años) iba conduciendo su coche y mientras no hubiera un accidente era difícilmente localizable. Nos quedamos con ello y que ya nos tendría al tanto. Las rías bajas son una maravilla, y nos estaba haciendo un buen tiempo, es decir no llovía, pero esto significa que, aunque las temperaturas no sean altas, el tiempo natural de esta tierra es la lluvia, así que empezaba a calentarse el ambiente. El rio Miño y su desembocadura mitigaba ese día el calor porque empezaba a levantarse una niebla en el monte de Santa Tecla y alrededores, que permitía pasear gratamente por un paseo entarimado que hay alrededor del Monte, que en la parte del rio tiene playas aunque el agua debe estar fría y en la parte de la costa tiene rocas que las hace impracticables, eso sí con restos de troncos y con algas que cuando son abundantes como cuando ha habido borrascas, siempre hay gente que las recoge y las seca con fines comerciales. Las gaviotas, el gavión atlántico, los cormoranes, la pardela y otras aves que no se identificar, son abundantes. Por este paseo pasan los peregrinos que siguen el camino portugués y que atraviesan el rio Miño desde Portugal, en una barcaza o en motora taxi, para seguir por la costa de Galicia, gente solidaria que ante cualquier percance de los paseantes se ofrecen a ayudar con una sonrisa. Una comida en A Guarda te pone en forma con los pescados y mariscos de la zona. Este año los mejillones son escasos y pequeños, parece que no crecen, dicen que por las lluvias abundantes y no se fijan en las cuerdas de las bateas y además hay una alta mortandad, lo notamos porque los que sirven en los restaurantes son pequeños y delgados. En el balneario de agua salada, cerca de Bayona, situado en una ladera frente a la costa agreste del Atlántico, el agua salada sale a unos 35ºC, con lo que al principio notas una sala cargada de vapor un poco sofocante, pero después rápidamente te acostumbras, además tienes en el centro como una piscina redonda aislada con agua fría y dulce para que puedas hacer contrastes con el agua caliente y salada. En la cena, a horas tempranas, nuevamente la vecina nos informa que han encontrado el coche del desaparecido que se había estrellado contra un árbol, no había nadie dentro y los daños del coche eran pequeños, bueno pues ya nos dirás cuando lo encuentren. Mientras una gaviota picoteaba en los grandes ventanales desde los que se veía la costa y el mar chocando contra las rocas. Era una habitual tratando de obtener algún alimento de los comensales, parecía que trataba de hipnotizarles y de vez en cuando picaba y picaba en la ventana para llamar la atención. Algunos salían a la terraza que había delante de los ventanales y les daba pan o restos de comida.

Un día fuimos a Vigo y subimos al Monte del Castro, el punto de origen de la ciudad, donde se asentaron los primeros pobladores, con el yacimiento arqueológico del Castro que se aloja en la ladera del Monte que incluye la reconstrucción de 3 viviendas circulares de piedra de uno de los poblados más extensos de Galicia. En la Edad Media se construye el castillo del Castro que corona la cima del monte, con sus jardines y su espectacular mirador con sus vistas de Vigo sobre la ría. Quizás el monumento más representativo del parque es el dedicado a la batalla de Rande de 1702, un pequeño estanque con tres grandes anclas encontradas en el estrecho de Rande completado con cinco cañones recuperados de buques naufragados en la ría. Vigo sufre la sonada batalla naval de Rande (octubre de 1702) en plena guerra de sucesión donde los invasores (ingleses y holandeses) desembarcaron y saquearon Redondela y la isla de San Simón. Julio Verne localizó en el escenario de esta batalla la fuente de aprovisionamiento de oro del Nautilus en su novela 20.000 leguas de viaje submarino. Posteriormente bajamos al puerto y tomamos un barco que atraviesa la ría a Cangas do Morrazo, donde comimos muy bien en el club náutico. La vuelta también fue estupenda por la amplia ría. La última llamada de la vecina nos informó que habían encontrado a Gab, pero que estaba bien. El coche ya no parecía la mejor opción para él. Parece que la naturaleza nos apea de nuestras máquinas contaminadoras, antes de apearnos de la vida.

jueves, 11 de enero de 2024

El cabo, el parado y el obispo

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Habíamos aparcado muy bien al lado de una gran explanada que en un lado tenía una iglesia y en el opuesto varios edificios con prestancia. Como teníamos que volver para coger el coche, dejamos para más tarde ver la zona, bajamos una cuesta y preguntamos a un señor por donde caía la catedral, el tipo se ofreció gustoso a acompañarnos porque iba hacia aquel barrio. Él era un parado que recordaba muy bien, cuando era un zagal, que esta era una ciudad de mucho cura y especialmente como una larga serpiente negra cuando subían de excursión hacia el alto do Padornelo, más de mil seminaristas, una clara exageración una vez visto la capacidad del seminario que más tarde vimos situado al lado de la Catedral.

La Catedral es la única en todo el Camino del Norte que hay entre Santander y Santiago de Compostela. En el exterior de este templo destaca su gran rosetón circular en la fachada. El interior recoge diversos estilos arquitectónicos (románico, gótico y barroco), una gran nave central abierta desde la entrada hasta el altar mayor y dos naves laterales menores y cuenta con un claustro interior, con un cruceiro en su centro que da acceso al Palacio Episcopal. Aunque la catedral debía gustarme porque desde la entrada se ve toda la nave central hasta el altar sin ningún obstáculo, sin embargo, era fría y oscura y tuve que salirme rápido por el frio. El Seminario al lado de la Catedral tenía dos claustros, y en el interior alberga varias capillas y una biblioteca que guarda algún incunable. Parte de este edifico funciona hoy como alojamiento. Esta es la tierra de Álvaro Cunqueiro, figura de primera línea de la literatura gallega y española, y tiene un museo que no pasamos a ver.

Comimos de menú, sin nada que reseñar, en una taberna del barrio obrero. Estábamos, ya de vuelta, en la plaza de la que habíamos partido para ver el pueblo, cuando nos detuvimos para ver el gran escudo que hay en el antiguo hospital de San Pablo y San Lázaro, sobre la puerta principal, que dicen que es uno de los más grandes y uno de los dos viejos que había cerca charlando, se nos acercó para explicarnos que el edificio se dedicaba ahora a residencia de niños subnormales de toda la provincia. El compañero también se acercó, estaba en peores condiciones, con bastón, gafas y no se movía bien, “es el cabo”, me dijo, “ha tenido un derrame cerebral y no está muy bien, no es de aquí sino de una parroquia cercana en la sierra que al quedarse solo ha venido a quedarse con la hija y sabe Usted, como fue mi cabo, pues salgo con él a pasear”. Él tenía 82 años y decía que el cabo tenía uno o dos años más, así que eché las cuentas y en 1936 (guerra civil) debía tener unos cuatro años, por eso pensé que había hecho la mili (servicio militar) hacia principios de los años cincuenta, claro la mili entonces duraba mucho más (tres años) que en sus últimos tiempos de vigencia. Debieron ser tiempos que marcan y de ahí la gran fijación que tenía con el cabo.

Otras fijaciones eran que había sido seminarista pero que no siguió, que había sido jugador de fútbol del Coruña, “no se crea”, y que su padre había sido director de la cárcel hoy reconvertida en residencia de ancianos. Por su conversación pude inferir que su padre había tenido algún problema al oponerse a alguna acción irregular con algún preso de la cárcel (alguna de las salvajadas que ocurrían entonces) y que el hijo al ser seminarista consultó o pidió la intercesión del obispo de aquel entonces, quien le dijo que se dejara de historias y que se callara. Esta situación seguramente llevó al muchacho a dejar el seminario e irse a la mili. Después fue secretario judicial. Esto es casi todo lo que pude sacarle y aunque intenté varias veces saber el motivo de salirse del seminario, no hubo forma de que me lo dijera claramente. No seguí hablando con él, aquello no daba para más, nos despedimos y dejamos la ciudad obispal de Mondoñedo con la sensación de que era un buen sitio para historias.

viernes, 19 de julio de 2013

Las aguas suben y bajan para acabar en la mar

    Creía que las aguas de los ríos como nuestras vidas terminan en la mar (bajan). Últimamente, quizás por una ligera depresión o puro realismo, incluyo expresiones que implican que las aguas (de mi rio) están próximas a la mar (eterna).
Recientemente he estado en el Parador de Tui (Pontevedra) en una de esas ofertas de paradores y realmente es un sitio bonito donde los haya. Aparte de Tui misma, al lado del rio Miño (frontera con Portugal) y no lejos de la desembocadura, con su catedral que tiene un pórtico y un claustro de valor y otros atractivos, puedes visitar la orilla española del rio con la ciudad de A Guarda como referencia, paseándote por el camino del Monte de Santa Trega que es el final de la desembocadura del Miño en la parte española. También visitamos en esta orilla entre otros: el Monte Tetón que posee un conjunto de arte rupestre donde se encuentra el petroglifo de círculos concéntricos más grande del mundo, aunque como diluviaba e íbamos por una pista forestal no disfrutamos plenamente de la excursión; la Fortaleza de San Lourenzo de Goián, fruto de su situación fronteriza con Portugal, del que quedan solo sus muros no muy bien conservados, que en sus alrededores alberga un parque y una playa fluvial donde vimos varias piraguas y sus gentes; y una iglesita (Sta Maria de Tomiño) cerca de Torrón, en la carretera de Tui a Guarda, era muy bonita, pequeñita y me encantó porque era de tipo románico con una pequeña parcela alrededor y también con cementerio pero estaba al otro lado de la carretera (no me gustan las iglesias con cementerio incluido). Me encantan las pequeñas iglesitas románicas tan pegadas a las pequeñas poblaciones, pero en Galicia conservan la costumbre de tener el cementerio alrededor, todavía si fueran con grandes terrenos alrededor y las tumbas en el suelo, seria pasable para un tipo supersticioso como yo, pero no, el terreno que las rodea es pequeño y hacen nichos de mármol verticales, un horror.
Además puedes pasar a través del puente internacional de Tui de estilo eiffeliano (diseñado por un ingeniero riojano inaugurado en marzo de 1886, casi un año y medio después de su entrada en servicio), a la orilla portuguesa visitando Valença do Minho y la fortaleza que se ha mantenido intacta y dentro tiene una Pousada (el equivalente portugués a Paradores) y todo tipo de comercios de toallas, sabanas, mantelerías, artesanías y similares que hacen furor en los españoles que la visitan, no hay que olvidar el viño verde, en este caso prefiero el maravilloso Albariño que puedes degustar en la orilla española.
Dos cosas se me grabaron, una en el Monasterio de San Campio -en sus servicios- que ponía en un cartel “si la orina está cargada beba agua del peregrino” (a mí no me hizo ningún efecto, sigue cargada, pero está claro que es porque soy hombre de poca fe), y otra en un cartel en la carretera cerca de un caserío “crecieron juntos de rapaciños y después de ocho años de paseo decidieron se casar” seguramente en alusión a alguna boda que tenía lugar en la zona. Por la noche brindé por los novios paseantes (conmovedor).
Desde el parador se ve el rio y paseando por un camino que lo bordea y va a Tui se observa la dirección de la corriente, y la corriente sube (no baja) a la mar. Al principio creía que la mar estaba en la dirección de la corriente, pero realmente está en dirección contraria, solo un día iba la corriente en dirección al mar. Está claro que esto se debe a que es una ría y la mar se adentra en la ría con la pleamar, pero como todo en las rías baixas es suave, amable, risueño, también las aguas de la ría llegan a la mar en un vals de suaves idas y venidas que hacen más llevadero el final.
Quisiera ser como las aguas de una ría que suben y bajan hasta que finalmente acaban en la mar.

jueves, 18 de julio de 2013

Viajar es vivir, Estaca de Bares

    Unos días de descanso, en las Rías Altas de Galicia, nos habían llevado a recorrer lugares que me han recordado estudios de la niñez, Estaca de Bares. Bueno, mira que ha pasado tiempo desde mi enseñanza primaria y no se me había borrado de la memoria. Salimos de El Ferrol para recorrer la costa por el Norte. Llegamos a San Andrés de Teixido, considerado como el segundo santuario de Galicia. Desde lo alto de la montaña de acceso se ve una iglesita pequeña rodeada de casitas. Cuando se accede al caserío, el santuario y muchas de las casas de alrededor están revestidas de blanco con agujeros donde se ven las piedras, parecen como casas dálmatas, aunque la piedra tiene color pardo – marrón, de musgo no reciente.
La iglesita de estilo gótico – barroco de los siglos XVI y XVIII, con una puerta lateral que no se usa de estilo románico que queda de la iglesia anterior, así como unos murales pintados que están detrás del retablo y que no se ven, aunque uno de los que nos vendían recuerdos y que había sido monaguillo los había visto multitud de veces. Tiene un retablo que incluye la figura de San Andrés, que fue un apóstol compañero de Santiago y a quien está dedicado el santuario. Según decía la leyenda quien no conoce San Andrés de Teixido en vida lo conocerá una vez muerto. Parece ser que el Santuario de San Andrés, siempre se encontraba vacío provocando la soledad y desolación del santo que observaba con cierta envidia como el Apóstol Santiago era visitado por peregrinos de todas partes del mundo. Un día recibió la visita del Señor, como quiera que el Santo formulara sus quejas, el Todopoderoso le prometió que a su santuario acudirían en romería todos los mortales y, quien no lo hiciera vivo, vendría a verle muerto (en gallego “vai de morto o que non foi de vivo”).
Las casas de los alrededores, la mayoría tipo dálmata, viven del turismo. Me compré un bastón pero no era rústico sino industrializado, también compramos varias pulseras de ojos de gato para mis tres nietas y dos pajaritos de barro de esos que se llenan de agua y parece un pájaro cantando. Le había roto el anterior pájaro a una de mis nietas, Inés, y le había prometido comprarle otro.
No vimos los "milladoiros" o montones de piedras (rito de potencia que consistía en coger una piedra del monte y arrojarla en los milladoiros), que se encuentran en el Camino Viejo de San Andres de Teixido, camino que se realizaba a pie por los peregrinos, actualmente muy abandonado debido a que todo el mundo usa la nueva pista asfaltada para subir al santuario. Según revisé en la información turística, al menos existen 9 milladoiros de un tamaño grande y en buen estado de conservación, aproximadamente de 9 m de diámetro y una altura de unos dos metros. Nos indican que probablemente San Andrés se trate de un enclave de culto celta en su pasado y posteriormente cristianizado.
Seguimos el viaje por el mirador natural de Vixía de Herbeira, en la que parece ser la mayor cota de un acantilado sobre la mar que podemos encontrar en Europa, 620 metros de altura. Los acantilados originados por la entrada hasta el mar de la Sierra de Capelada, en cuyas partes más altas nos envolvió la niebla dándole un halo mágico a esta zona. Vimos vacas y terneros sueltos en la montaña así como caballos salvajes, pequeños de largas crines, de raza galego-astur y que según la leyenda fueron los que permitieron a los antiguos habitantes de esta zona resistir a los árabes cuyos veloces caballos se despeñaban en estos bravos montes.
Junto a los acantilados de la zona de Herbeira figura una placa recordatoria de Leslie Howard y de sus compañeros del vuelo 777 de la KLM, que el 1 de junio de 1943 fue derribado por una patrulla de Junkers 88 alemanes que sobrevolaban el golfo de Vizcaya a 150 millas del cabo Ortegal frente a los acantilados de San Andrés de Teixido. Las metralletas desgarraron el fuselaje del avión y los Junkers siguieron hasta la mar la caída en barrena de su presa. Murieron el piloto, 3 miembros de la tripulación y los 13 pasajeros, entre ellos Leslie Howard, cuando regresaban en un vuelo regular desde Lisboa a las Islas Británicas (Bristol). Leslie Howard, británico, estrella de Hollywood, de viaje por la península en una gira de conferencias por España y Portugal sobre cine, ha pasado a la historia como Ashley, el amante despechado de Escarlata O'Hara en Lo que el viento se llevó.
Al principio se creyó que el derribo fue debido a que los alemanes creían que iba en el vuelo el premier británico Churchill que había tenido una entrevista con el Presidente Roosevelt en el Norte de África el 28 de mayo de 1943, pero en 1984 el hijo de Leslie, el también actor Ronald Howard, recopiló en una biografía de su padre documentos ingleses y alemanes que probaban que el ataque estaba dirigido contra Howard considerado agente de los servicios secretos británicos en labores de información, espionaje y propaganda. El Gobierno británico le invitó a impartir una serie de conferencias en España y Portugal. El actor era una cara conocida y en ese momento parecía poca toda ayuda para evitar que la neutral España se decantara por el eje Berlín-Roma. Llegó a la península el 28 de abril de 1943. Primero pasó por Portugal. Luego, los círculos anglófilos del triste Madrid de la posguerra recibieron a Howard como un dios. Fue la estrella de recepciones, corridas de toros y juergas flamencas. El inglés consiguió introducir una inyección de moral en los partidarios de los aliados en España y se dedicó a recopilar información por medio de entrevistas con autoridades españolas, entre otros. Parece ser que entregó una carta de Churchill a Franco, por medio de una antigua novia española, Conchita Montenegro, mujer de un capitoste falangista que facilito la entrevista, para convencerle que no entrara en la guerra al lado de los nazis. Una historia intrigante y novelesca que ha sido objeto de más de un libro e incluso se ha intentado hacer una película con la historia. http://www.cafebaramarina.com/nordesiaibis.pdf
Seguimos a Ortigueira, una preciosa villa en medio de la ría del mismo nombre, donde comimos un buenísimo y abundante pulpo a feira en que por primera vez el pulpo era mucho más abundante que la patata. De allí a Bares, que por cierto en la entrada del pueblo ponen Vares, y al faro de la punta de Estaca de Bares, el punto más septentrional de la Península Ibérica, que se utiliza como separación del Atlántico y el Cantábrico. El faro es pequeño de altura (comparado por ejemplo con el faro del Cabo de Peñas) y casi daba la impresión de que no se vería desde el mar por la zona y matorral que hay detrás del faro, que sigue como una estaca hacia el mar y donde hacía un frío y viento tremendo. Por fin podía ver lo estudiado, la Estaca de Bares, un sitio bonito, solitario, frío, ventoso y digno de ver.