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sábado, 8 de marzo de 2025

Rodas, los Caballeros y un alumno

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Rodas es famosa desde la antigüedad por ser el lugar donde se encontraba el Coloso de Rodas de 30 metros de altura, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, destruido por un terremoto en el año 226 a.C. Con el final del Reino de Jerusalén, los Caballeros de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan llegan con su flota a Rodas en 1307, y tras haber completado la conquista de la isla en 1310 transfieren allí su sede. Los Caballeros permanecieron en la isla durante los dos siglos siguientes. La ciudadela de Rodas, construida por los Caballeros Hospitalarios, es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa. Sus murallas están prácticamente intactas. Dentro de ellas destaca el palacio del Gran Maestre, el Gran Hospital (Museo Arqueológico) y la maravillosa calle de los Caballeros. Todo ello conviviendo con mezquitas y otros edificios del periodo de ocupación turca. Sus puertas son otro de los atractivos, tienen once puertas de las que destaca la Puerta de la Marina, situada frente al puerto, flanqueada por dos torres y decorada con la flor de Lis sobre el escudo de la Orden de los Caballeros de San Juan.

En diciembre de 1522 los Caballeros y Süleyman el Magnífico que dirigió el segundo asedio de Rodas por los otomanos, llegaron a un acuerdo y a los Caballeros se les permitió abandonar la ciudad con todas las riquezas que pudieran llevar consigo, y a cambio no habría represalias contra los habitantes de la ciudad y se les permitiría seguir practicando libremente el cristianismo. El 1 de enero de 1523, los Caballeros abandonaron la isla, dejándola bajo control otomano. Los otomanos convirtieron la mayoría de las iglesias en mezquitas y transformaron las casas principales en mansiones o edificios públicos. Los añadidos más característicos en las casas fueron los baños (en la parte trasera de los edificios) y los balcones de madera cerrados en las fachadas que dan a las calles estrechas. En 1912 las tropas italianas tomaron la isla junto con el resto de las islas del Dodecaneso, y establecieron una posesión italiana conocida como Islas Italianas del Egeo. Durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos aliados en 1944 destruyeron una parte importante de la ciudad. Tras la Segunda Guerra Mundial se convirtió en capital de un protectorado militar británico. Fue formalmente unida a Grecia por el tratado de paz de esta con Italia en 1948.

Fijándonos en la ciudad amurallada actual, poco después de la entrada se encuentra la iglesia de Santa María de Bourg, es una basílica gótica del siglo XIV de tres naves, con dos bóvedas soportadas por cuatro columnas y arcos ojivales. Es muy poco lo que queda en pie, y en su interior se celebran ocasionalmente actuaciones musicales. La calle de los Caballeros empedrada y decorada con los cantos de piedra en tonos oscuros que perfilan dibujos decorativos. Comienza en una iglesia en ruinas y finaliza en el Palacio del Gran Maestre. Se dice que es la calle medieval mejor conservada de Europa. Los Caballeros poseían sus palacios y residencias a lo largo de esta calle en la que se pueden ver los escudos y blasones de sus paredes. En ella se ubicaban las posadas en las que se alojaban los caballeros según pertenecieran a una de las ocho naciones que integraban la Orden de San Juan. Actualmente queda, entre otras, la Posada de España, un edificio de piedra de dos pisos con entrada arqueada. Museo Arqueológico de Rodas, situado al principio de la calle de los Caballeros. Ocupa el edificio del que fue el “Hospital de los Caballeros”, construido en el siglo XV. Sobre la entrada se puede ver un relieve con dos ángeles sujetando un escudo de armas. Dentro hay un gran patio rodeado por un pórtico abovedado de dos pisos. En el patio frente a la entrada, destaca un león de piedra sentado con una cabeza de toro a sus pies, del siglo I a.C., a los lados se apilan numerosas balas de cañón utilizadas en los asedios que sufrió la ciudad. Una escalera de piedra, añadida por los italianos en el s. XX, lleva a la primera planta. En sus salas, la belleza ha quedado inmortalizada en las esculturas de Afrodita (Venus) peinándose, una pequeña estatua de alabastro, que muestra una variación única en la que la diosa, en lugar de intentar ocultar sus formas con pudor, levanta su cabello con los dedos para secarlo, y mira al espectador mostrando abiertamente sus pechos y en la Afrodita Púdica (siglo II a.C.), recuperada del mar por un pescador, en la que se puede observar la huella del efecto del mar. También, la cabeza de mármol de Helios (dios del Sol) del siglo II a.C. Palacio del Gran maestre de los caballeros de Rodas, fue construido en pleno apogeo de los Caballeros de San Juan, en el siglo XV, para ser la residencia del Gran Maestre, centro administrativo y de reunión de la Orden. Un edificio defensivo situado en el punto más alto de la ciudad. Los asedios y el terremoto de 1481 le produjeron importantes daños, aunque fue una explosión en 1856 la que lo destruyó por completo. Su reconstrucción la llevaron a cabo los italianos durante la ocupación (1912-1943) para servir como residencia de vacaciones de Víctor Manuel III de Italia, y más tarde de Benito Mussolini. La entrada principal del palacio queda comprimida entre dos torreones macizos. En el gran patio central, destaca una robusta escalera y amplios nichos con estatuas de emperadores romanos. En la planta superior las salas están ornamentadas con hermosos mosaicos helenísticos y romanos de la isla de Kos (mosaico de la medusa, siglo II a.C.), muebles del s. XVI, pinturas y esculturas, jarrones, etc. Sorprende la escultura de Laocoonte, que resulta ser una matriz realizada en yeso de la original (en el Museo Vaticano). Saliendo del Palacio y yendo por la calle Orfeo en el cruce con la calle Sócrates se encuentra la Mezquita de Solimán (Süleyman) en el barrio musulmán de la ciudad medieval. Se terminó a comienzos del siglo XIX y fue construida en el mismo lugar en que anteriormente estuvo la mezquita que Süleyman ordenó construir para conmemorar la conquista de Rodas. Con un estilizado minarete de piedra circular, una cúpula central y pequeñas cúpulas laterales. Su minarete se divisa desde cualquier punto de la ciudad.

Seguimos por la calle Sócrates para salir por la Puerta de la Marina y cuando me dirigía de vuelta al barco con mis nietos, un señor un poco más joven que yo me para y me pregunta si había estado en Caracas dando un curso en el año 2010 – Me quedo asombrado y contesto que en efecto había estado en Caracas dando un curso, no recordaba el año, pero lo que si recordaba era que fue en mayo – Pues yo estaba en ese curso. - Le miro, era bastante negro, pero hablaba como si fuera de Castilla, entonces empiezo a recordar que en la clase había un médico con sus características que me llamó mucho la atención porque me dijo que su padre era de Valladolid y que había tenido que exiliarse a Venezuela antes de caer la Republica, él era médico y estaba pensando venirse a España porque las cosas estaban muy mal allí y tenía la nacionalidad española, el problema era poder vender lo que tenía. Pues bien, hacía unos años que se había venido con la familia y estaba viviendo en Valladolid. Aunque no me dijo que profesión tenía su padre, he supuesto que también era médico. La Guerra Civil española provocó el exilio de un importante número de científicos, intelectuales y profesionales. Dentro de ellos numerosos médicos saldrían de España obligados por su defensa de la República o su ideología democrática. Una gran mayoría se establecieron en América Latina. Venezuela es el segundo país que más facultativos acogió, tras México. Recordamos lo bonito que era el cerro Ávila, montaña majestuosa que bordea toda Caracas, hoy Parque Nacional, montaña que extrañan todos los de Caracas cuando se mudan de su ciudad. Nos despedimos, él también estaba con la familia en un crucero, le desee una larga vida con salud.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Las muñecas de tela de saco

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

En el crucero, de cuyas vivencias me estoy alimentando últimamente, uno de los restaurantes de la cena, de comida japonesa, estaba dirigido en reservas y admisión por una brasileña. Como el peruano de Iquitos, una rareza, ya que la mayoría eran filipinos que se vestían según exigencia y temática del restaurante, tejanos, neoyorquinos, japoneses, italianos, franceses, chinos y otros. En cocina no sé cómo funcionaban, pero en el servicio eran casi todos filipinos, todos sonrientes y serviciales. Pues bien, la brasileña fue más amable de lo esperado y nos salvó la cena que no habíamos reservado y como éramos multitud, no era fácil.

La brasileña, también ligada seguramente al turismo en Sao Paulo, me trajo un recuerdo muy querido de su país. Eran los tiempos en que recorría Latinoamérica, en mi tiempo libre o concedido, dando cursos generalmente financiados por la Oficina Panamericana de la Salud, una de las que deja de financiar el “puto amo”. Estaba dando un curso en Brasilia, una ciudad, en aquel tiempo, muy bien planificada y extensa, diseñada como un avión. En la cabina del avión, Eje Monumental, es donde se concentran la mayoría de los lugares que merece la pena visitar. Indudablemente yo solo vi lo más relevante. La Plaza de los Tres Poderes, una gran explanada en la que se disponen los edificios de las tres ramas del gobierno (ejecutivo, legislativo, y judicial), con el Palacio de Planalto, el Palacio del Congreso Nacional y el Palacio de Justicia. El Palacio de Planalto es la principal sede del Gobierno Federal y lugar de trabajo más habitual del presidente. El Congreso Nacional con las dos torres, de 28 pisos, albergan las partes administrativas del Poder Legislativo, a sus lados dos estructuras en forma de cúpulas, la convexa es el plenario del Senado y la cóncava es la de la Cámara de Diputados. Palacio de Justicia, el tribunal de mayor instancia de Brasil, otra edificación de líneas horizontales, con las columnas de líneas curvadas. La Catedral Metropolitana que es una especie de cúpula que arranca del suelo, rodeada por nervaduras, que se abren en la cima, que corona una cruz, en una especie de ofrenda a los cielos. Al estar parcialmente enterrado el edificio hace que parezca menor desde fuera, pero es mayor cuando entramos en él. El interior está bañado de una luz azulada, a causa de los vitrales, lo que ofrece una sensación de paz. En el entorno, hay cuatro grandes figuras de bronce, Los evangelistas. Siguiendo el eje, el Museo Nacional que tiene forma de cúpula, pegada al suelo, donde destacan varias pasarelas de entrada al museo y para la circulación entre sus plantas. La Biblioteca Nacional, que durante muchos años se conoció popularmente como la Biblioteca sin libros, por estar cerrada al público y no tener ejemplares para lectura. En el otro extremo del Eje Monumental están dos museos dedicados: uno el Memorial de los Pueblos indígenas que tiene forma de una maloca redonda (construcción típica del Amazonas destinada a la vida social indígena) con piezas de varias tribus indígenas, y otro al Memorial Juscelino Kubitschek (JK) en el que destaca en el exterior una estatua de JK que está alzada en un pedestal de gran altura.

Casi en medio del Eje esta la torre de la TV alrededor de cual se establecía una Feira de Artesanato, donde se compran artesanías y recuerdos. El domingo, me habían recomendado que pasara por esta feria. Había muchas cosas bonitas y atractivas, entre todas destacaba un puesto muy humilde en que una negra como la noche vendía unas muñecas hechas de tela de saco. Estaban hechas magníficamente con los materiales más rudimentarios. Cada vez que vendía una, parecía que se le iba algo suyo, su rostro traslucía bondad, alegría y serenidad. Le compre varias y siempre la recuerdo como ejemplo de que con muy poco se pueden hacer cosas bellas y sentirse satisfecho y alegre con lo que se ha hecho.

jueves, 16 de enero de 2025

Los tresD, las vegys, los talentosos y el diverso

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Los cruceros consisten en tener un hotel de cuatro estrellas, por lo menos en comida y diversiones y digo esto porque la cabina depende de lo que pagues y puede haber grandes diferencias y que te lleva durante la noche por el mar, sin que prácticamente te enteres, de un lugar turístico a otro. En estos lugares puedes contratar excursiones del propio crucero o de otra compañía y estas excursiones pueden durar hasta la tarde, por supuesto antes de que parta el barco para otro destino. Muchos ni se molestan en excursionear, se dedican al barco, tomar el sol en la piscina, beber, comer, dormir lo que no durmieron la noche anterior, y estar en forma para la próxima juerga nocturna. El porcentaje de excursiones está en proporción inversa con la masa corporal, esta es una observación subjetiva, que solo verifiqué en el grupo tresD, que era un grupo de unos doce varones, todos por encima de los 150 kg, que comían y se divertían siempre juntos, no sé si había alguna otra connotación que pasé por alto. Por supuesto también había en mujeres pesos pesados, pero no estaban agrupadas de forma tan explícita como los hombres. En contraposición las vegys, eran en general mujeres, que lo que llevaban en sus platos eran verduras de cualquier tipo, en ensaladas, cocidas, etc. con vestido deportivo, ajustado, brillante, multicolor, con gorras, participan en excursiones y beben bebidas light, descafeinados (me encanta el decaf de máquina). Había otros grupos dignos de observación por ejemplo los talentosos del karaoke. Había por lo menos un bar que por las noches tenía karaoke, a mí ni me gusta ni me disgusta, asistí unas dos noches porque mis nietos dijeron que iban a actuar y aunque es un modelo tardón, pero bueno tienes que hacer alguna concesión. Esto me ha hecho identificar a los Talentosos del karaoke, son hombres y mujeres, que se visten de forma especial, se saben las canciones sin mirar a la pantalla, tratan de emular a sus cantantes favoritos, esperan y buscan el aplauso, y copan siempre que pueden el escenario y las mesas que rodean el mismo. Son realmente cantantes frustrados que buscan unas migajas de gloria pasajera, que no llegan a conseguir por méritos propios. El resto que participa lo hace para divertirse, sin ninguna pretensión artística y se nota. Realmente la noche es la reina del crucero, las noches temáticas ayudan a estimular la fiesta, en que el bailoteo, la bebida, los estímulos lumínicos, musicales tratan de elevar el clímax de lo que consideran diversión. Asisto a alguno de estos bailongos en la última cubierta del barco solo por acompañar, pero si no bailo, no bebo, ya me diréis. Veo las estrellas, la oscuridad del mar, alguna luz lejana que se agranda o disminuye, no se oye el mar, el ruido circundante lo impide. En este deambular mientras los demás bailotean, de pronto veo a un tipo hablando solo, como declamando, me acerco le oigo, no entiendo bien, lo dice en inglés, me mira me da un papel y se pierde. Cuando me canso de deambular por las proximidades del lio, doy el primer aviso y diez minutos después toca retirarse que mañana hay que levantarse pronto para el desayuno bien servido en uno de los restaurantes y que te dé tiempo para estar en posición de salida de la excursión de la familia. En el papel que me dio el diverso, hay varias líneas que trato de seleccionar, las más sencillas, y traducir, no sé si con fortuna.

“Si te sientes solo

Piensa en un huérfano sin nadie que le ampare.

Piensa en el niño de la patera con el mar y las estrellas en su mano.

Piensa en que mañana también saldrá el sol.

Piensa en todo lo que puedes hacer.

Piensa en que no estás tan solo, tienes el cielo, las estrellas, los bosques, las flores, los pájaros, la gente amable, los que no esperan nada de ti y te saludan.”

domingo, 5 de enero de 2025

Me sentí cancelado en la calle Tripodon

 Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Estábamos en Atenas porque el domingo iniciábamos un crucero por las islas griegas con casi toda la familia, hijos y nietos, al que me había resistido con todas mis fuerzas, pero que al final había claudicado. Después de pasar un buen susto cuando llegamos porque según las noticias parecía que Atenas se estaba quemando por los fuegos de los alrededores, vimos en la venida del aeropuerto que los fuegos estaban controlados y no debíamos preocuparnos. El sábado fuimos a una de esas visitas turísticas que llaman gratuitas pero que al final casi te salen más caras que las contratadas con una tarifa determinada. La visita comprendía lo más importante de Atenas: Jardines nacionales y dentro el Palacio de Zappeion, el primer edificio construido para los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896, actualmente se usa para reuniones y ceremonias, tanto oficiales como privadas; Plaza Sintagma es el corazón geográfico de la ciudad, donde se encuentra el Parlamento y la Tumba de Soldado desconocido flanqueada por textos de la famosa oración fúnebre de Pericles (..el que sabe pensar, pero no sabe cómo expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar..), la Guardia Nacional patrulla continuamente delante de la tumba, vestidos con sus famosos uniformes de fustanela (falda) y zuecos, también en ella han tenido lugar numerosas manifestaciones de protesta contra las medidas de austeridad tomadas por el gobierno griego frente a la crisis económica que tuvo lugar en el país de 2010 en adelante; la Catedral de la Anunciación de Santa María que es la principal iglesia ortodoxa de la ciudad, con unos frescos bizantinos en su interior; la Iglesia de Agios Eleftherios, al lado de la anterior, de solo 7,5 metros de largo del siglo XII, construido con mármoles reutilizados de otros templos clásicos, los frescos bizantinos de las paredes son de admirar; la Plaza Monastiraki (pequeño monasterio) es un mercado al aire libre, en la zona predominan las tiendas de ropa, las de recuerdos y las tiendas; alrededor de la plaza Monastiraki se encuentra la Biblioteca de Adriano construida por el emperador Adriano en el 132 a.C. para guardar su gran colección de libros; el Ágora romana antiguo foro romano y dentro del recinto la Torre de los Vientos, edificio octogonal de mármol del siglo I a.C. para conocer la dirección del viento, cada una de sus ocho paredes están decoradas con relieves que representan una dirección del viento. A partir de ahí subimos hasta la calle Tripodon y en la esquina del restaurante Scholarhio de comida típica griega con un comedor pintoresco, doblaron a la derecha por unas escaleras empinadas para ver el barrio de Anafiotika que se remonta al siglo XIX, cuando albañiles llegados de la isla de Anafi se establecieron en esta zona para construir sus hogares con características de las islas griegas, fue Otón I, el primer rey de la Grecia moderna, quien mandó traer a los albañiles con objetivo de que le construyeran su palacio real, que hoy funciona como el Parlamento Griego.

Como eran unas escaleras empinadas y así iba a continuar durante el recorrido yo preferí quedarme en la esquina frente al restaurante, porque ya iba cansado. Me senté en los peldaños de una puerta de la calle y allí esperé que volvieran. Llevaba mi bastón de marcha nórdica, mi sombrero tipo Panamá y debía tener una pinta un poco deprimente. Como tenia los pies en la acera y era una calle muy frecuentada, me pisaron, me trataron de dar monedas como a un mendigo, se sentaron a mi lado para saber si me pasaba algo malo o estaba enfermo, en fin, todo un número, por un momento como dicen ahora me sentí cancelado, olvidado. Después de un tiempo que a mí me pareció infinito volvieron los de la visita y todos se interesaron por cómo me encontraba, decían que no había merecido la pena subir tanta escalera y que había hecho bien en quedarme. Bueno, era un consuelo y me había dado un poco cuenta de lo que es vivir a pie de calle, lo que lamentablemente le pasa a mucha gente, en todas partes, sobre todo ancianos. Un comportamiento más humano por nuestra parte seria lo menos que podemos hacer. Esto puede ser un buen propósito para el 2025.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Volveré a Iquitos antes de Navidad

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Me había resistido mucho, pero al final mi mujer e hijos ganaron y nos fuimos a un crucero este verano a las Islas griegas. Nunca debí transigir porque nunca he pasado tanto calor y agobio como en alguna de las excursiones fuera del barco, como en la isla de Santorini, donde meter más de seis mil personas en un pueblo como Oia el pueblo más bonito de Santorini con calles estrechas y sinuosas, es una auténtica locura. Además, todos vamos y venimos por las mismas calles a ver las mismas cosas y la envergadura de muchos turistas es globosa, ocupan el doble o triple del espacio normal, así que te ves constreñido en las calles por la falta de espacio, y con grave riesgo de que te arrolle, te pise y te origine un problema una de esas moles. En las demás excursiones y en Atenas, mucho calor, mucha gente para callejear, muchas cosas para ver, muchas tiendas para vender, mucha gente para comer. Todo mucho y tú eres con la edad cada vez menos.

En el crucero nos gustaba desayunar en uno de los restaurantes en que te servían en la mesa el desayuno, no en la planta superior en donde era de tipo buffet. Los camareros eran casi todos de origen filipino y en general eran amables y rápidos, y casi todos hablaban solo inglés. Uno de los días nos sirvió un camarero que al principio no distinguimos que era diferente en su fisonomía a los otros y empezó a contestarnos en español al ver lo que hablábamos entre nosotros. Nos sorprendió y le preguntamos de donde era y nos dijo que, de Iquitos, del que seguramente no habríamos oído hablar, en la Amazonía peruana. Le dijimos que habíamos estado en Perú y que conocíamos la existencia de Iquitos porque habíamos leído varios libros de Vargas Llosa y en dos de ellos por lo menos “Pantaleón y las Visitadoras” y “La casa verde” hablaba sobre Iquitos. Se quedó sorprendido y le encantó. Otro de los días que fuimos a desayunar, también nos tocó de camarero y rápidamente se acercó a servirnos, continuamos hablando y nos extrañó que estuviera trabajando allí. Nos dijo que este barco, cuando baja la temporada turística en el Mediterráneo, se va al Caribe, y era una oportunidad magnífica para ganar un poco de dinero, pero que estaba ya harto de esta gente y que cuando este otoño regresara el barco para el Caribe, él ya no seguiría y volvería a Iquitos con su nenita antes de Navidad, no aguantaba más. Como dándole la razón, cuando le vieron hablando mucho con nosotros se acercó una camarera que le echó una bronca en inglés. El pobre se fue con la cabeza gacha y no le volvimos a ver. Parecía culto y hablaba bien inglés, y deduje que podría dedicarse al turismo o similar en su tierra, eso explicaría su nivel de inglés y su acceso a ofertas de trabajo de este tipo. Hay algunos que no soportan y con razón esa forma de trabajo casi esclavo, termina un crucero por la mañana después de una semana y por la tarde empieza otro, sin descanso y así hasta que finalice la temporada (Mediterráneo) y después vuelta a empezar en otra zona (Caribe). También es cierto que nosotros los que vamos en los cruceros, nos beneficiamos de su trabajo, de los precios, y mantenemos una posición de “no preguntes, no digas”, que nos hace cómplices de la situación. De todas formas, lo bueno es que pasará la Navidad en Iquitos con su nenita y su gente.