viernes, 28 de noviembre de 2025

No me hable tan deprisa que no le entiendo

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/ 

De vuelta a España desde Évora, mi hija que venía con nosotros, tuvo la idea de pasar por Estremoz, estaba en el camino y tenía un castillo y una pousada en la ciudad alta coronada por el torreón del castillo. Recuerdo la iglesia de Santa María sin más detalle, después en la plaza, una estatua de Santa Isabel reina de Portugal, que fue reina consorte de Portugal, hija del rey Pedro III de Aragón, que es venerada como santa por su gran devoción religiosa y caridad. Conocida como «la pacificadora», intervino para detener un conflicto entre su esposo, el rey Dinis I de Portugal, y su hijo Alfonso IV que le sucedió en el trono. Es famosa por el "Milagro de las Rosas". Su caridad para con los pobres la movía a entregarles gran parte de sus propios caudales, que, ante la prohibición de su despótico marido de dar limosna alguna, escondía en los pliegues de sus ropas. Un día el rey Dinis la sorprendió en esas circunstancias, y quiso descubrir el dinero oculto, pero lo que encontró fue un manojo de rosas, a pesar de que el episodio aconteció en pleno invierno. Francisco de Zurbarán la pintó con un ramo de rosas en las manos y el cuadro está en el museo del Prado, una copia suya la podemos ver en el comedor del Parador de Guadalupe. Visitamos el Palacio Real que ha sido transformado en Pousada*, un palacio fortificado con unos salones y unas vistas magníficos donde sobresale su torre del homenaje construido con mármol de Estremoz, pasó a la historia por ser el escenario de la muerte de Santa Isabel. Volvimos a la autopista A6 y unos km más adelante nos desviamos a Vila Viçosa. Empezamos por su Castelo de origen medieval, mandado construir por el rey D. Dinis en el siglo XIII, que hasta la inauguración del Palacio Ducal fue residencia de la familia Bragança. Dentro de la fortificación, a la que se puede acceder por cuatro puertas, hay un puñado de callejuelas con pequeñas casas tradicionales pintadas de blanco que combinan con los bordes de puertas, ventanas y bajos pintados de amarillos o azules y el santuario de Ntra. Señora de la Concepción, patrona de Portugal, del siglo XV que está decorada con azulejos. Paseamos por los jardines viendo el foso para entrar en los museos de Arqueología y Caza, que no pudimos ver por estar cerrados a esa hora. Saliendo del castillo fuimos a ver el Palacio Ducal de los Duques de Bragança, la familia noble más poderosa después de la Casa Real. Una gran plaza acoge una estatua ecuestre de Juan IV, el primer rey de la Casa de Braganza, en el fondo está el Palacio Ducal con fachada de mármol, inspirada en el manierismo, estilo artístico italiano de finales del Renacimiento, con tres pisos según los órdenes clásicos: dórico, jónico y corintio, impresiona con sus 110 metros de longitud, comenzó a construirse en 1501 por orden de Jaime I, cuarto Duque de Braganza, y cuando en 1640 Juan IV se convirtió en Rey de Portugal, perdió protagonismo pero el Palacio siguió siendo la sede de la casa de Braganza. Accedemos al Palacio por una gran escalinata de mármol que nos conduce al piso noble con sus elegantes estancias como la “Sala de las Medusas” pintada con frescos que narran la historia de Medusa y Perseo; la “Sala de los Duques” la estancia de mayor riqueza artística, en el techo se exponen los retratos de toda la dinastía con los 17 Duques y Reyes de Braganza, en las paredes se cuelgan cuatro tapices, en el suelo una gran alfombra de Ispahán del siglo XVI; El “Salón Comedor” es la sala más grande del palacio, decorada con dos grandes tapices; la “Sala del Auditórium y Capilla Real” dedicada a escuchar música y asistir a misa, mediante unos huecos con barandillas que comunican con la capilla. En los bajos del palacio se encuentra una impresionante cocina con una gran colección de utensilios de cobre; por la salida, llegamos al claustro del palacio, que nos parece un típico patio alentejano (uso de cal blanca en las paredes, presencia de azulejos tradicionales, y la decoración con macetas de cerámica, que a menudo contienen plantas aromáticas). Fue una visita guiada en portugués, entendí algunas cosas y otras las iba escuchando de la traducción que hacía, de las explicaciones del guía, un niño de unos 7 años que iba con sus padres. Cuando salimos le di las gracias al niño y los padres y me contaron que eran españoles que vivían en Portugal por trabajo, pero que el niño había aprendido portugués enseguida, mientras que ellos no lo entendían si hablaban deprisa. Muchos enfermeros españoles trabajan en Portugal, atraídos por mejores condiciones económicas y casas más baratas. Después de visitar la Pousada, que hay al lado del palacio que es el antiguo Convento de las Chagas donde se puede visitar el claustro, sala capitular y pequeñas capillas decoradas con frescos, salimos para Badajoz. El chaval traductor me recordó a mis nietos que cuando vamos por el extranjero me traducen muchas de las cosas que me dicen en inglés, bien porque no las oigo bien o porque hablan muy deprisa y no las entiendo.

*Red de hoteles de lujo ubicados en edificios patrimoniales de Portugal.

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