martes, 14 de mayo de 2024

He revisitado el hospital y casi no salgo

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Ir al hospital se ha convertido en una cotidianeidad, hasta el punto que es la actividad más frecuente después de pasear por el bosque. Pero ir al hospital a una consulta, a unos análisis, a una ecografía o una radiografía, TAC o similar es una cosa y otra muy diferente es entrar en el mismo hospital por urgencias, aunque vayas por tu pie. Vas al triage* y de allí te envían a uno de los pasillos de espera, diferenciados por gravedad. Últimamente me envían al más alto por gravedad, porque el siguiente significa que vas directamente al quirófano o similar. Los pasillos de espera están poblados en relación inversa a la gravedad y directa con la hora. Cuanto más grave menos pacientes, cuanto más tarde más pacientes. Los fines de semana son también sinónimo de masificación. La espera hace caldear el ambiente, empiezan a identificarse los demenciados, los alzhéimer, los “no hay derecho”, los “esto no pasa en otros países”, los “no sé a lo que esperan”. Se van estimulando unos a otros y mientras, los médicos de urgencias van acortando sus acciones, van resolviendo más rápido -los pacientes que no se quedan en el hospital, los que claramente tienen que quedarse y los dudosos que generalmente caen en el primer saco-. Afortunadamente para mí, esta vez, estaba en el grupo dudoso y me dieron el alta, pero estoy seguro que en un ambiente más relajado, me hubieran dejado dentro. De hecho, en anteriores ocasiones con una situación similar me había chupado una semana de hospitalización. La verdad, yo contentísimo, es cierto que te vas con riesgo de tener que volver en peor situación, pero también lo es que si te quedas lo pasas muy mal. No es que ingreses y te envíen a planta, no hijo no, te pasas como mínimo un día y sobre todo una noche en urgencias, esperando tener habitación y eso es muy duro. Me imagino que todavía es más duro no tener hospital al que poder ir o tener hospital y no poder ir por lo que tienes que pagar. En fin, que esta vez se ha solucionado fuera y no hay que quejarse porque podrías haber tenido peores finales.

*Nota. El término triage o triaje es un neologismo que proviene de la palabra francesa trier que se define como escoger, separar o clasificar. Desde que este término comenzó a utilizarse en las batallas napoleónicas persiste como concepto de clasificación o priorización de la atención urgente de pacientes.

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