jueves, 23 de noviembre de 2023

El incidente

Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/

Habíamos leído que habían cambiado la decoración del hotel y como hacía unos cinco años que no pasábamos por allí y estaba a una distancia no muy grande, pensamos que era una buena ocasión para ver lo bonito que había quedado y disfrutar de unos días de relajación. Desde luego habían hecho una buena redecoración y merecía la pena disfrutar del nuevo ambiente. Sentarse en el patio cubierto y tomarse una bebida en la tarde enseguida anochecida, era un lujo placentero, y dormir en la habitación con vistas a la plaza mayor porticada libre de coches, una inmersión en otra época. En el desayuno del siguiente día, una de las camareras nos preguntó si vimos “el incidente” de la noche anterior en el comedor. Estuvimos en efecto cenando, pero no sabíamos nada de ningún incidente. Preguntamos en que consistió, pero por mucho que insistimos no nos contaron más del mismo.

Después del desayuno nos fuimos a Santo Domingo de Silos y aunque ya lo habíamos visto con anterioridad, siempre te atrae ver nuevamente el magnífico claustro románico y escuchar el canto gregoriano que practican en el monasterio. Después del claustro, vimos la botica ya que los monjes gestionaron un hospital en la Edad Media, y el museo donde se exponen las piezas principales que se salvaron de la desamortización del siglo XIX por el cual se expropiaron y subastaron los bienes ligados a la Iglesia católica y las órdenes religiosas.

Como teníamos que esperar para escuchar el canto gregoriano en el oficio de Sexta (13:45), nos dio tiempo para ir al Desfiladero de La Yecla, un paraje natural horadado en la roca por un riachuelo, con pasarela volada transitable, que nos recorrimos. Fuimos también a ver, cerca de allí, la ermita de Santa Cecilia del siglo X con una galería porticada con algunas formas románicas, sobre una elevación de piedra caliza, y en un lado del promontorio puede verse una fuente con dos caños de agua abundante que sale de la roca y que uno se pregunta de donde procede. En el otro lado corre un pequeño rio donde pueden verse los restos de un puente romano, que se correspondía con una calzada romana secundaria.

Volvimos al Monasterio y el canto gregoriano, aunque otras veces escuchado, siempre te deja impresionado y estremecido y eso que no entiendes nada al estar compuesto principalmente a partir de versículos de la Biblia en latín. Completamos el día con la visita a Covarrubias, preciosa villa medieval y aunque todos sus monumentos estaban cerrados por ser martes (en todos los sitios es el lunes), merece la pena caminar por sus calles empedradas y recordar las historias de las dos mujeres más famosas del lugar: Doña Urraca y la princesa Kristina de Noruega. El Torreón de Fernán González en donde éste encerró a su hija Urraca para que no se casara con un humilde pastor del pueblo, es una auténtica joya de la arquitectura militar anterior al siglo X. Doña Urraca acabó a lo largo de su vida casándose con tres hombres elegidos por su padre, convirtiéndose en reina consorte de León en dos ocasiones y reina consorte de Pamplona. Por otra parte, y aunque no vivió aquí, una estatua rinde homenaje a la infanta Kristina de Noruega que se casaría con el hermano del rey Alfonso X el Sabio. La princesa nunca superó la profunda tristeza que contrajo al separarse de su amada tierra nórdica y de sus familiares, muriendo de pura melancolía cuatro años después de llegar a nuestro país. Las dos mujeres están enterradas en el claustro de la excolegiata de San Cosme y San Damián.

Volvimos al hotel ya cansados, cenamos y aunque no obtuvimos más información del incidente, he construido un relato que puede ser más o menos verosímil. Creo que el incidente ocurrió entre dos parejas que entraron en el comedor esa noche después de nosotros, en un intervalo de tiempo pequeño. Se sentaron en mesas contiguas enfrente de la nuestra, separadas por una fila y algo me atrajo de ellas porque los estuve observando durante la cena. Una pareja estaría en los sesenta muy bien cuidados, él con el pelo blanco, cuidadosamente despeinado hacia arriba, ella más clásica con el pelo cano. La otra pareja mucho más joven la habíamos conocido en el desayuno, ella hablaba bien el español porque era descendiente de españoles y él con la piel morena con rasgos árabes, no hablaba. Estaban recorriendo España de parador en parador. La primera pareja pidió champan o cava y después un vino tinto, debían estar un poco achispados y debieron estar hablando de lo que estaba pasando en Gaza con comentarios no favorables hacia los palestinos. La segunda pareja, no tomaron vino en la comida, por lo que vi, y el varón supongo que, al escuchar las expresiones y comentarios de la mesa contigua, saltó, se levantó de la mesa y clavó un cuchillo, de los que ponen para carne, en la mesa contigua y exclamó todo iracundo “enough is enough” (ya es suficiente, no lo puedo soportar), en voz alta que se oyó en todo el restaurante. Me imagino que todos se quedarían atónitos o por lo menos alarmados. Después me imagino intervino el maître y alguna de las dos parejas abandonó el comedor. Nosotros ya habíamos salido antes del comedor, por tanto, todo esto no son más que conjeturas.

A la mañana siguiente no vimos a la pareja joven, imaginamos que siguió su viaje por España. No puedo negarlo, es difícil sustraerse al horror televisado diariamente de la matanza de inocentes en Gaza y quizás por ello di ese contenido al incidente. Solo quiero expresar un deseo, que cese la matanza y devuelvan los rehenes.

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