Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/
Habíamos vuelto al Parador de Alcalá de Henares porque la primera vez que fuimos nos habíamos tenido que volver de mala manera porque a mi mujer le había dado un trastorno del equilibrio por una mala almohada al dormir la primera noche. Habíamos visto la mayor parte de las cosas que hay que ver en Alcalá, de modo que íbamos relajados paseando por la calle Mayor y su continuación la calle Libreros, viendo el espectáculo de luces que habían puesto, como un túnel lleno de lucecitas de distintos colores que cambiaban con la música de canciones más o menos conocidas y con su ritmo a veces frenético. La primera vez que lo vi, me llamó la atención porque era muy delgado, bajito como un chaval de doce, pero con muchos más años, como un jockey, con casco y una bicicleta casi más alta que él, con una especie de caja a la espalda, en fin, era lo que ahora llaman un rider (repartidor o mensajero, según la Fundéu*). Iba caminando con la bici entre la gran cantidad de gente y solo fue como un flash fotográfico que se me quedo grabado y después recordaría. Ya tarde volvimos al Parador y al día siguiente después de un desayuno excesivo para nuestras capacidades digestivas nos fuimos nuevamente de turismo por la ciudad, visitando el Corral de comedias muy bien restaurado y nuevamente nos pasamos por la Universidad de Alcalá, con su famosa fachada y la capilla de San Ildefonso que contiene el sepulcro de mármol de carrara de Cisneros, así como el Paraninfo con su artesonado mudéjar, allí es cuando mi mujer al coger el teléfono del bolso se dio cuenta de que le faltaban las llaves del coche. Nos paramos y buscó detenidamente en el bolso y en sus bolsillos y nada de nada. Teníamos un problema, así que preocupados nos volvimos hacia el Parador para ver si las habíamos dejado en la habitación, volviendo por las mismas calles que habíamos recorrido y mirando el suelo. En la misma calle del Parador, nos encontramos con un accidente, una persona en el suelo junto con una bicicleta. Un perro se le había cruzado a la bici y se había caído, resultó ser el rider que nos habíamos encontrado la noche anterior, estaba un poco conmocionado y le ayudamos a levantarse, mi mujer le dio la botella de agua que llevaba y él bebió y se lavó la cara, ya cuando le vimos repuesto le dijimos que llevábamos prisa porque se nos habían perdido las llaves del coche y queríamos ver si las habíamos dejado en la habitación, aunque dudábamos. Nos dio las gracias diciendo que menos mal que acababa de llevar el reparto y no llevaba nada en la mochila, nos preguntó que coche era y se marchó con paso lento. Llegados al Parador, comprobamos que no estaban las llaves en la habitación, lo dijimos en recepción y ya por la noche nos fuimos a la cafetería a tomar un sándwich como cena. Estuvimos preguntándonos que hacer si no aparecían las llaves por la mañana en recepción y nos fuimos a dormir preocupados. El desayuno, como siempre excesivo, no lo estábamos disfrutando tanto como era habitual porque no sabíamos que hacer, cuando de pronto nos llamaron de recepción que nos esperaba una persona. Nos extrañó porque no esperábamos a nadie, así que sin terminar el desayuno fuimos a ver qué pasaba. En recepción estaba el rider esperándonos. Con cara de interrogación nos acercamos y nos dijo, ¿a qué no saben lo que les traigo? seguimos perplejos y sacó de su bolsillo las llaves del coche, las miramos y comprobamos que era de la misma marca de nuestro coche y además llevaba el número de matrícula escrito en el llavero. Nos llevamos una gran alegría y nos dijo que se había pasado por la policía y allí las había llevado el que la encontró en la calle Mayor. Él les contó la historia y como le conocían le dejaron llevarlas al Parador, después de comprobar por teléfono que un huésped había perdido las llaves del coche. Se llevo una buena propina, nosotros volvimos a terminar muy a gusto nuestro desayuno y desde entonces miro con gran simpatía a los rider que nos facilitan la vida con sus esforzados pedaleos entre coches, perros y personas.
*La Fundéu: la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española, es una institución sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación.
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