Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud
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Entre los muchos tipos de personas con los que nos relacionamos cuando vamos de paseo al bosque, hay algunas que me parecen un poco raras, llamando raras de forma coloquial a aquellas que se comportan de forma no habitual, poco común o frecuente. Dentro del grupo de personas sin perro, minoritario, es habitual encontrarnos al final del paseo que transcurre en la margen de un aprendiz de arroyo que atraviesa el bosque, con dos mujeres, una de ellas pelirroja y otra más bajita y morena. La pelirroja, con un precioso pelo de tono rojizo, le gusta abrazarse a uno de los pinos más bonitos que hay en el bosque al final del paseo, un magnífico pino piñonero o pino real, ya recuperado de los desgarros de ramas que tuvo lugar durante la borrasca Filomena en enero de 2021. El pino tendrá un perímetro que no lo abarcan tres personas, y una altura similar a los pinos más altos del bosque. No es extraño cuando pasamos por allí encontrarla en pleno abrazo al pino y en estos casos ni saluda. La más bajita que le acompaña, habitualmente lleva gorra con visera y gafas oscuras, es mayor que ella y es más simpática. Intuyo que no cree en estas cosas de los árboles y se ríe un poco de la pelirroja diciendo que como duerme sola, se pega al árbol para encontrar el calor que no encuentra por las noches. Los que creen en estas cosas, dicen que abrazar un árbol conlleva establecer un contacto físico y emocional que te da energía, reduce los niveles de ansiedad y estrés, mejora el ánimo, combate los pensamientos negativos, como la depresión, fortalece el sistema inmunológico y alivia el dolor. Incluso algunos indican que cada tipo de árbol, tiene unas propiedades específicas. Yo, la verdad es que dos o tres veces, cuando paseo solo y no hay personas a la vista, también me he abrazado al pino y no he notado nada. Quizás si me concentrara más, pero no, hay que estar predispuesto y yo, seguramente, no lo estoy. En las conversaciones que hemos mantenido con la pareja, hemos podido saber algunas cosas, la verdad que pocas. La pelirroja, parece estar sola, se ha jubilado recientemente y siempre que puede se va de viaje, supongo que para ver si la vida le depara mejores cosas. Me preguntó si ponía un Belén en casa, le dije que mi mujer siempre ponía más de uno, así que me dio una piña con piñones para que lo pusiera en el Belén. Bueno, no sé muy bien como relacionar una cosa con otra pero tampoco hay que ponerse estrechos. La más simpática está jubilada, ha estado siempre en una tienda de muebles de la familia, y se le nota su facilidad para relacionarse con la gente. A veces conocer aspectos muy concretos, sin conocer todo lo demás, te da imágenes distorsionadas que incluyes en la rareza, pero esto también es interesante porque amplia tu mente y consideras la diversidad que te rodea. De cualquier forma y aunque se considere una rareza, siempre es mucho mejor que la gente abrace los árboles a que los queme.
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