Me habían encargado que diera una conferencia sobre Sostenibilidad en el 2º Congreso Nacional de Farmacia Hospitalaria promovido por la Asociación Mexicana de Farmacéuticos de Hospital que iba a tener lugar en San Andrés Cholula, Puebla, México del 20 al 22 de junio de 2012. Posteriormente cambiaron ese título por el de “Farmacoeconomía y su aplicación en Farmacia hospitalaria”.
Realmente no me molestó porque todos sabemos que la sostenibilidad económica es uno de los tres ámbitos de la sostenibilidad (balance entre los factores económicos, sociales y ambientales que es necesario aplicar a corto y medio plazo para que las generaciones futuras puedan disfrutar por lo menos de los mismos recursos que nosotros tenemos hoy).
Por propia naturaleza, un Sistema de Salud debe ser sostenible y lo debe ser en las tres dimensiones económica, social y ambiental. Los líderes de la asistencia sanitaria se acercan a la sostenibilidad, con diferentes prioridades, opiniones y perspectivas. Unos creen realmente en la necesidad de la sostenibilidad como una exigencia de supervivencia. Otros están respondiendo a la presión externa para hacer frente a problemas ambientales como el cambio climático o la conservación de los recursos. La mayoría están buscando ahorrar en los costes. Sean cuales sean las motivaciones, todos podemos estar de acuerdo en que el uso más eficiente de los recursos, de las redes sociales, de menos energía y agua y la generación de menos residuos, puede ahorrar dinero y contribuir a un aire y agua más limpios y a un medio ambiente más saludable.
Los Servicios de Farmacia de Hospital (SFH) deben participar en el plan que integre la sostenibilidad en la organización estratégica de los hospitales. Los SFH deben establecer un punto de partida de referencia antes de embarcarse en un programa de sostenibilidad. Comenzar con una evaluación del SFH sobre las tres dimensiones de la sostenibilidad, económica (presupuestos sostenibles, eficiencia en uso de recursos), social (decisiones apoyadas por comisiones, redes sociales con pacientes y profesionales sanitarios) y ambiental (residuos, consumo de energía y uso del agua). Cada SFH tiene una mezcla de impulsores y barreras para asumir la sostenibilidad como un objetivo. La identificación de los impulsores y las barreras, ayudará a establecer metas y aumentar la probabilidad de éxito de la iniciativa. La Hoja de Ruta de Sostenibilidad de los SFH, obligará a trazar un curso de acción, fijar objetivos y supervisar su camino hacia la sostenibilidad.
La evaluación de las tecnologías sanitarias puede realizarse “antes” de su introducción, cuando se conoce poco de sus costes y resultados, o “después” de su uso generalizado en que se conocen mejor sus costes y resultados.
“Antes”, tiene la ventaja que nos adelantamos en el uso de lo mas novedoso, y la desventaja de que se tiene poca información de resultados y la mayor parte de los estudios proceden de áreas interesadas.
“Después”, tiene la ventaja que hay artículos publicados por autores neutrales, sobre los resultados que produce y la desventaja que no se ha aprovechado la tecnología desde el principio.
En el ámbito sanitario público y salvo en tecnologías que llenan vacíos terapéuticos, es preferible “después”.
El Congreso se realizó con éxito y solo falta desear que las numerosas propuestas que se formularon sirvan para mejorar el uso de recursos sostenibles en los hospitales de México.