Una persona es considerada un superviviente del cáncer desde el
momento del diagnóstico hasta el final de su vida.
Cuando se termina el tratamiento del
cáncer, a menudo los pacientes se enfrentan a emociones mixtas. Lo más probable
es que se sientan felices y aliviados al terminar las exigencias del
tratamiento. Uno puede estar listo para dejar la experiencia atrás y volver a
la forma de vida que solía tener. Sin embargo, al mismo tiempo, los supervivientes
también pueden sentir miedo y ansiedad. Probablemente el miedo más común es a que
el cáncer vuelva (recurrencia del cáncer). A menudo a este tiempo se le llama
ajustarse a una "nueva normalidad" (A New Normal https://www.cancer.gov/about-cancer/coping/survivorship/new-normal).
Una de las cosas más
difíciles después del tratamiento es no saber qué sucede a continuación.
Aquellos que han pasado por el tratamiento de un cáncer describen los primeros
meses como un momento de cambio. No es tanto "volver a la
normalidad", como averiguar lo que es normal ahora. La gente suele decir
que la vida tiene un nuevo significado o que miran las cosas de manera
diferente.
Su nueva normalidad puede
incluir:
- Hacer cambios en la forma
de comer y en las cosas que hace
- Fuentes nuevas o diferentes
de apoyo
- Cicatrices permanentes en
su cuerpo
- No ser capaz de hacer
algunas cosas que solía hacer más fácilmente
- Las cicatrices emocionales
de pasar por todo el proceso
Puede verse de una forma
diferente, o encontrar que ahora los demás piensan de uno de una forma
diferente. Sea cual sea su nueva normalidad, hay que darse un tiempo para
adaptarse a los cambios.
El miedo a la recurrencia es
normal y a menudo disminuye con el tiempo. Sin embargo, incluso años después
del tratamiento, algunos acontecimientos pueden originar que se preocupe. Las
visitas de seguimiento, ciertos síntomas, la enfermedad de un ser querido o el
aniversario de la fecha en que se le diagnosticó, pueden provocar preocupación.
Un paso que puede tomar es
estar informado. Comprender lo que puede hacer por su salud ahora y averiguar los
servicios disponibles para usted. Hacer esto puede darle una mayor sensación de
control.
Como cualquier persona que ha
sufrido un tratamiento contra el cáncer, las consecuencias del cáncer no
terminan con la última dosis de la terapia. Los supervivientes de cáncer pueden
enfrentar numerosos efectos a corto y largo plazo, incluyendo problemas
físicos, psicosociales y socioeconómicos, así como "efectos tardíos",
que pueden aparecer meses o años después de que el tratamiento haya terminado.
En el año 2006 el
Instituto de Medicina de EEUU (IoM, Institute of Medicine, actualmente The National Academy of
Medicine (NAM)), publicó el documento “From Cancer Patient To
Cancer Survivor: Lost in Translation” (http://georgiacore.org/articleImages/articlePDF_396.pdf), que somete a
consideración de expertos numerosas temáticas relacionadas con la fase
posterior a los tratamientos, no sólo la referida a los aspectos clínicos, sino
también a los psicosociales. Las principales recomendaciones del mencionado
informe:
1.- Elevar la conciencia de la supervivencia del cáncer. Estableciendo la
supervivencia como una fase distinta de la atención del cáncer, y actuar para
garantizar la prestación de la asistencia adecuada.
2.- Proporcionar un plan de asistencia para la supervivencia, que sea
explicado de forma clara y efectiva.
3.- Desarrollar directrices sobre práctica clínica para la asistencia de la
supervivencia,
herramientas de evaluación e instrumentos de detección para ayudar a
identificar y manejar los efectos tardíos del cáncer y su tratamiento.
4.- Definir asistencia sanitaria de calidad para los supervivientes del
cáncer, mediante asociaciones público/privadas y programas de garantía de
calidad
5.- Superar los retos del sistema de asistencia, a través de programas de
demostración para probar modelos de atención de supervivencia coordinada e
interdisciplinaria en comunidades diversas y entre sistemas de asistencia
6.- Supervivencia como una preocupación de salud pública, desarrollando
planes exhaustivos de control del cáncer que incluyan la consideración de
asistencia de la supervivencia y promoviendo la implementación, evaluación y
perfeccionamiento de los planes estatales de control del cáncer existentes.
7.- Mejorar
la capacidad profesional de la asistencia sanitaria, proporcionando
oportunidades educativas a los profesionales sanitarios para equiparlos para
abordar los problemas de salud y calidad de vida que enfrentan los
supervivientes de cáncer.
8.-
Enfocar las preocupaciones relacionadas con el empleo, para
eliminar la discriminación y minimizar los efectos adversos del cáncer en el
empleo, mientras se apoya a los supervivientes con limitaciones a corto y largo
plazo en la capacidad para trabajar.
9.- Mejorar el acceso a un seguro de salud adecuado y asequible
10.- Hacer
inversiones en Investigación
Muchas de sus
recomendaciones, más de 10 años después, todavía no se están aplicando o son
aplicadas insuficientemente en nuestros países.
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