Antonio Iñesta. Blog Web2.0 y Salud http://fecoainesta.blogspot.com.es/
No había tenido oportunidad de relacionarme
anteriormente con alguien como ella, pero sí decididamente era una “pija”, lo
cual es raro dado que me había relacionado seguramente con miles de personas
dado que he sido profesor en la universidad y ámbitos postgrado. Al final tenía
que ser en mis paseos por el bosque, una vez jubilado, cuando iba a
relacionarme con una. Iba con un perro blanco grande, y a base de -Buenos días,
-Buenos días; -Hace mucho calor (frio) hoy, ¿no? -Pues sí pero mucho menos que
ayer; -Pero hoy ha salido muy temprano porque ya está de vuelta, -Sí he tenido
que levantarme antes porque mi marido se iba de viaje. Es decir, una serie de
conversaciones más o menos banales con las que iniciamos un conocimiento en
estos paseos, después, se puede pasar a una amistad más o menos consolidada. En
invierno, llevaba casi siempre un abrigo como de astracán del que salían
hebras, unas botas marrones de media caña y faldas, no era de pantalones.
Hablaba con un deje especial de pija y poco a poco fue contando su historia,
con muchas lagunas, pero que yo las iba anotando en mi memoria encajando unos
detalles con otros. Estaba casada con el hijo de un conocido amigo mío,
personaje de mucha enjundia que tenía un chalet aislado en la urbanización.
Como yo sabía que era suyo (el chalet), aunque nunca había vivido en él, por
eso deduje que sería su hijo y la susodicha, su mujer. Ella era norteamericana
de Nueva Orleans, pero se había criado en España, supongo que en Madrid en la
zona de la calle Serrano donde abunda el pijerio y que, debido a su nivel
económico o social, se relacionó y acabó casándose con el hijo de mi amigo.
Tiene dos hermanos viviendo en Nueva York, donde hace un frio del carajo cuando
caen las grandes nevadas del invierno que dice que no soporta porque su
herencia genética es de clima cálido. Su hijo es geólogo y trabaja en grandes
minas, antes en Suecia y ahora se va a Australia a otra gran mina. Su marido no
sé qué es, solo que acaba de jubilarse y ahora pasea al perro, por eso
últimamente no la vemos por el bosque, la vemos de vez en cuando en el super y
curiosamente en uno de los baratos. Nos para, nos da unos besos como grandes
amigos y nos cuenta lo indecible. Yo casi no la reconozco y solo después de un
tiempo de charla consigo ubicarla. Debe estar un poco aislada porque sino no
comprendo esas grandes euforias al encontrarnos. Llevaba pocas cosas en la
cesta y nos enseñó con gran interés una especie de pasta de tomate para poner
encima de la base de pizza que dice que es buenísima y que solo se vende en
este super, yo no sé si esta explicación es una justificación de porqué le
vemos en un super de bajos precios, pero mi mujer dice que le ha visto ya varias
veces en el mismo. Bueno es una cuestión de apreciaciones porque también hay
que considerar que si no quisiera que la viéramos se escondería de nosotros. Es
un personaje que me intriga y todavía me faltan detalles para encajar con los
que ya tengo y poder así hilvanar una historia completa. Pero si se presenta la
oportunidad la completaré.
Nota. Pijo, pija: dicho de una persona: que, en su
vestuario, modales, lenguaje, etcétera, manifiesta afectadamente gustos propios
de una clase social adinerada. Usado también como sustantivo. (Real Academia
Española de la Lengua).
Pijerio: conjunto de personas pijas.
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