He tenido que poner al día un tema sobre Políticas de medicamentos para un master. Esto significa habitualmente que tienes que buscar las últimas publicaciones que se han producido, revisar si ha habido alguna norma jurídica que se haya aprobado que modifique significativamente tu documento anterior, y revisar los últimos datos publicados relativos al último año. Esto que en cualquier tema se convierte en una tarea normal que no requiere mucho esfuerzo, en el ámbito de los medicamentos supone una tarea que requiere mucho esfuerzo y es desesperante.
Requiere mucho esfuerzo, porque últimamente parece que se está haciendo constantemente una enmienda a la totalidad en el tema legislativo. Ya habíamos incorporado las numerosas modificaciones que el Real Decreto-Ley 9/2011 había hecho a la Ley 29/2006 de medicamentos (abreviadamente), cuando de pronto aprueban el nuevo Real Decreto-Ley 16/2012. Entre estos dos fundamentalmente y los anteriores de 2010, han dejado la Ley 29/2006 hecha unos zorros, ver mis últimos dos comentarios (nunca se como llamar adecuadamente a los post), por eso recomiendo que se vaya al texto consolidado de la ley cuando se lee en el BOE.
Es desesperante porque debido a la falta de transparencia en los datos, achacable a las administraciones sanitarias, es toda una labor de detective encontrar unos datos medianamente fiables. Eso si, si tienes dinero o perteneces al área industria (pagando, of course) tienes acceso a todos esos datos. Es cierto que los datos son de carácter muestral, pero ante el desierto que significa la accesibilidad de datos para el ciudadano normal, es una opción asumible. Estas compañías que hacen estos estudios (prácticamente una de carácter internacional) ya se cuidan mucho de mantener el máximo secreto para sus informes y estos parecen que están hechos “solo para sus ojos” como dicen los americanos en las películas, aunque si interesa por múltiples causas (ya podéis imaginar que ninguna santa), que lleguen a la opinión pública ya se encargan de pasarla a algún vocero (no encuentro otra palabra mas fuerte, robusta, rugosa, para los españoles que no sea un insulto).
Esta falta de transparencia lo personifico en dos temas fundamentalmente, aunque hay más, una es el consumo de medicamentos en hospitales que desde el Informe del Grupo de Trabajo sobre Gasto Sanitario, de septiembre de 2007 y el anterior de 2005 del mismo grupo, correspondiente al periodo 1999 – 2005, prácticamente no existen datos fiables a nivel macro. Estos datos están en manos de las autonomías y según se excusan, nunca llegan a nivel central y por eso no los publican. Y eso que el Real Decreto 1708/2010, de 17 de diciembre, por el que se aprueba el Programa anual 2011 del Plan Estadístico Nacional 2009-2012, obligan a ello. Con los dos epígrafes:
- 5395 Consumo Farmacéutico a través de Recetas Médicas del SNS y del Mutualismo Administrativo.
- 5399 Gasto Farmacéutico de los Hospitales Públicos del SNS.
En mayo de 2012 no se han publicado todavía los datos de hospitales.
La otra es el consumo de genéricos, estos datos sí los tiene el ministerio y es un misterio difícilmente entendible que no los publique. Así en una reseña sobre un Informe de evolución del consumo de medicamentos genéricos presentado en el Consejo Interterritorial del SNS de 18 de abril de 2012, se indicaba que el consumo en envases de medicamentos genéricos en el último año, de enero a noviembre de 2011, aumentó hasta llegar al 33,8 por ciento (rango Andalucía 41,4% - Murcia 20%). Atendiendo a valores, el consumo en este mismo periodo ascendió a más del 14 por ciento del total facturado por el SNS (rango Andalucía maximo % - Murcia mínimo %). Bueno pues este informe completo no es accesible y punto.
Por eso he denominado este comentario rememorando la frase del expresidente Clinton referido a la economía. La transparencia afecta a la credibilidad, a la honradez, al rigor, al respeto a los ciudadanos y si no está presente, perdonen que lo diga, pero parece que está todo contaminado. ¿Lo está?
No hay comentarios:
Publicar un comentario